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El Xacobeo de València

Hoy empieza un año jubilar dedicado al mejor atractivo potencial de la ciudad: el Cáliz

El Santo Cáliz tiene a su favor que es un objeto material y tangible.

La ciudad de València acoge desde este domingo y hasta dentro de doce meses el Año Jubilar del Santo Cáliz. En 1993, el Año Santo Compostelano, junto con la marca civil «Xacobeo» creó en la ciudad de Santiago y en los territorios que atraviesa desde Francia no ya una marca, sino una forma casi de vivir. Espiritualidad, turismo, curiosidad y aventura se entremezclan y «hacer el Camino» se ha convertido en un resorte social de primer orden. ¿Con la excusa de qué? Del sepulcro del apóstol Santiago el Grande. El que más, el que menos, se tapa los oídos cuando se asegura que debajo de esa lápida no hay ningún discípulo de Jesús de Nazaret. No hace falta ningún análisis forense para disfrutar la experiencia. Gana el peregrino y gana el compostelano.

San Lorenzo e Indiana Jones

València tiene a la vista un elemento incluso más universal, más conocido en la cristiandad: el cáliz utilizado por Jesús, por Santiago y por once personas más en la Última Cena. Con el viento a favor de la existencia de estudios que avalan, avalarían, su autenticidad y el visto bueno de El Vaticano que certifica, si no la autenticidad absoluta, sí cierta dosis de verosimilitud. No en vano autoriza el Jubileo.

El objeto ha hipnotizado durante siglos, desde óperas de Wagner a películas de Indiana Jones. Y está ahí, al alcance de la vista, en la Catedral de València. Sin poderes mágicos, pero reluciente y tangible.

Y también hay un camino. Una trayectoria de norte a sur. Dícese que el cáliz se salvó de las persecuciones romanas por mediación de San Lorenzo, oscense de nacimiento, y tras pasar por diferentes iglesias pirenaicas, aparecería en San Juan de la Peña a inicios del segundo milenio. Alfonso V acabaría bajándolo a València 400 años después. Donde también tiene su particular red de santos lugares relacionados con la copa donde habría dado de beber todos de él, porque ese era el cáliz de su sangre.

Iglesias, pueblos, ruta, origen y final. Y objeto de deseo. Lo tiene todo el Camino. Hasta una vía verde perfecta en su tramo final. Y, sin embargo, todavía está en proceso de construcción.

El Xacobeo de València

El Xacobeo de València

El aval de El Vaticano, clave

La sensación es la que apunta el director de la Fundación Visit València. «Tanto en la ciudad como el camino es un producto muy potente. Pero hay que tener paciencia porque, realmente, es ahora cuando se puede ya ofrecer en toda regla. Tengo claro que, con el paso de los años, será una de las grandes rutas de peregrinaje». A nivel de ciudad es donde primero se puede trabajar. «Y es un recurso con mucho recorrido. Ahora lo cuentas a cualquier operador y causa sorpresa y sensación».

La validación de El Vaticano es esencial «porque permite construir el relato». Ese que Compostela tiene implementado desde hace mil años, antes de que existiera la palabra «implementar». València y el Santo Grial tienen a favor la alta velocidad.

El Camino del Grial tiene un camino más largo «porque tienen que ponerse de acuerdo los dos gobiernos autonómicos (València y Aragón) y también los ayuntamientos de los municipios de paso para poder darle forma a la ruta. No se pueden poner en marcha los recursos si el producto no está consolidado». Bernabé apunta a València como destino a corto plazo «porque de hecho ya hay un programa de visita a los lugares del Santo Cáliz en la Ciudad» y el camino «a medio. No se puede ir con prisas, pero vale la pena». En lo material y en lo espiritual.

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