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Voluntarios por el Amazonas

Trece bomberos forestales españoles, entre ellos cuatro valencianos, están en Bolivia para ayudar en las labores de extinción de los incendios que asolan la Chiquitania, al este del país andino, considerada la puerta de la Amazonia

Voluntarios por el Amazonas

La pandemia del coronavirus eclipsa otros asuntos urgentes en la agenda internacional, como la deforestación que está sufriendo el Amazonas por una oleada recurrente de incendios de grandes dimensiones, algunos de ellos intencionados por los intereses de grandes productores agropecuarios, especialmente en Bolivia. El fuego también amenaza a las poblaciones indígenas en aislamiento. Hace un mes el Gobierno interino de Jeanine Áñez declaró la «emergencia nacional» en el país andino, condición necesaria para recibir ayuda internacional.

Tras ese llamado un equipo de 13 bomberos forestales españoles, entre ellos cuatro valencianos, permanece desde el pasado 4 de octubre en una misión de ayuda humanitaria para colaborar con los equipos locales en la extinción de esos fuegos, que desde hace un mes asolan la Chiquitania, una frondosa región al este del país, donde ya se han quemado este año un millón de hectáreas.

La expedición la coordina la oenegé SAR Navarra, designada para esta labor tras las gestiones diplomáticas realizadas por la embajada de Bolivia en España. A su vez, la participación de los bomberos valencianos ha sido posible gracias al permiso de la entidad para la que trabajan todos ellos, la Sociedad Valenciana de Gestión Integral de Servicios de Emergencias (SGISE), empresa pública de la Generalitat.

Los bomberos valencianos son Édgar Juan, Fernando Pérez, Jorge Gómez y Andrea Carpi, la única mujer de la expedición. Trabajan en las tres unidades que tiene desplegadas la SGISE en la C. Valenciana: Édgar en la de Castelló de Rugat, Fernando y Andrea en Tírig y Jorge en la de Benissa. Además de los valencianos, hay otros bomberos procedentes de Navarra, Madrid, Galicia y Málaga.

Si bien Bolivia hizo extensivo el llamamiento a todos los países que pudieran ayudar, los bomberos españoles han sido los primeros en entrar en el país, con el visto bueno de las autoridades.

La situación política de Bolivia también está «on fire», ya que desde hace un año el país sudamericano tiene un gobierno interino, tras la marcha del expresidente indígena Evo Morales, refugiado en Argentina entre acusaciones de fraude electoral. El vacío de poder lo ocupó la senadora Jeanine Áñez, cuyo gabinete ha convocado precisamente para este domingo una nueva votación que será trascendental.

Volviendo a los incendios, en primer lugar viajó un coordinador de SAR Navarra para inspeccionar sobre el terreno qué se iban a encontrar, más tarde cinco expertos, que tomaron medidas topográficas y evaluaron cuestiones como la meteorología y los planes de evacuación. A partir de ahí se desplazaron los bomberos forestales, en dos vuelos diferentes desde el aeropuerto de Madrid; el primero partió el 4 de octubre, y el segundo, en el que iban los valencianos, hace justo una semana.

Los turnos son de 18 días, para que el trabajo no resulte extenuante. Está previsto un vuelo más, aunque todo dependerá de la situación política en la que quede el país después de las elecciones generales. De hecho, la expedición, por motivos de seguridad, en estos momentos está replegada en Santa Cruz y, si no hay incidentes tras el resultado, se espera que sigan con su cometido. Viajaron con material y equipos de protección donados por varias entidades, entre ellas la propia SGISE.

El gandiense Édgar Juan destaca desde Bolivia el carácter «hospitalario» de la población local, especialmente los campesinos, «que salen a proteger sus tierras y son muy fuertes físicamente, pero tienen escasos equipos de protección». Édgar opina que, ante el cambio climático, las naciones del mundo deberían crear una unidad de emergencias internacional para casos como este.

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