El alzireño Vicente Sansaloni vivió una de sus experiencias vitales más tristes hace menos de una semana, cuando perdió la tutela de su hijo. El pasado viernes, el personal de la conselleria de Políticas Inclusivas se llevó al menor, de seis años de edad, al considerar que se encuentra desamparado y debía actuar para garantizar su protección. El padre no comprende lo ocurrido ya que asegura darle al niño «todo lo que necesita». Desde entonces, no sabe nada de él y su nivel de desesperación va en aumento. Solo quiere reunirse con él: «No pienso en otra cosa que en recuperar a mi hijo, necesito que me lo devuelvan».

Sansaloni explica que todo ocurrió el viernes, de forma repentina. Recibió una llamada en la que, de forma resumida, le requerían por un asunto relacionado con el niño: «Él se encontraba en la escuela y yo estaba en el paro, arreglando unos papeles. Se presentaron allí y me dijeron que se llevaban a mi hijo y que no lo podía ver más. A día de hoy todavía no me han ofrecido medios para hablar con él ni un régimen de visitas para poder verlo», lamenta compungido.

Lo único que sabe está escrito sobre un papel. Se trata de un informe firmado por una representante del departamentode Igualdad y Políticas Inclusivas. El documento declara al menor en situación de «desamparo» por un procedimiento de urgencia y asume su tutela. Asimismo, establece una serie de motivos por los que decide hacerse cargo del niño: Ausencia de responsabilidad marental, carencias afectivas apreciadas en el menor, déficits de higiene y alimentación, inestabilidad económica en ambos progenitores y riesgo de fuga del padre con el niño.

Material escolar

Sansaloni reconoce que, en estos momentos, no tiene trabajo, pero que esta condición no resta «dignidad» a su hijo: «Vivimos en la casa de mi madre, que cobra 1.100 euros al mes, y al niño le hemos dado siempre todo lo que necesita. Ya sea material escolar, como un ordenador que le compramos hace poco, como alimentación».

El niño, tras un acuerdo entre los dos progenitores, se quedó con su padre. «Con ella, sí que estaba mal, pero yo siempre me he hecho cargo de él. Va a la escuela todos los días de 9 a 5 y se queda en el comedor. Después, me obligaron a llevarlo al Centro de Día de la Beneficencia, donde está hasta las ocho. Y ya, cuando lo recojo, lo llevo a casa, lo ducho, cena y se va a dormir. No hay tiempo para más y encima me tiran en cara que no lo lleve al parque, cuando es imposible», relata.

Apoyo vecinal y certificados de asistencia a clase

Vicente Sansaloni asegura contar con un amplio respaldo social de personas de su entorno que, como él, consideran que su hijo no se encontraba desamparado. De hecho, ha iniciado una campaña de recogida de firmas para que le devuelvan a su hijo y ha obtenido más de sesenta. También ha reunido documentos escolares para certificar que el niño acude regularmente a su centro escolar, el Vicente Blasco Ibáñez, como al Centro de Día Santos Patronos. «Aquí nadie entiende que esto haya pasado, es muy bonito ver cómo todos se han volcado conmigo, pero yo solo quiero que me devuelvan a mi hijo, haré todo lo que me digan», manifiesta entre lágrimas el alzireño.