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Catorce años en buscade vertedero

La aceptación de Guadassuar allana el camino al consorcio tras un largo proceso para encontrar un emplazamiento, aunque aún quedan frentes abiertos

Una perspectiva del sector Pla del Rosal que podría albergar el futuro vertedero. | VICENT M. PASTOR

Catorce años después de que el Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna iniciara la búsqueda de un emplazamiento para construir el vertedero comarcal, la tercera infraestructura que necesita para ser autónomo en la gestión de los residuos que se generan en los 51 pueblos de su demarcación, por primera vez tiene sobre la mesa una alternativa concreta, un informe geológico que define el terreno como «potencialmente apto» y la aceptación del municipio en que se localiza, Guadassuar, aunque a la espera de que las prospecciones confirmen la idoneidad del suelo, al proceso todavía deberá sortear algunas curvas peligrosas. Entre ellas, la oposición frontal que anuncia el Ayuntamiento de l’Alcúdia, que ya consiguió en el año 2016 que se rechazara el emplazamiento elegido por el anterior gobierno del consorcio (PP), también en Guadassuar. La nueva ubicación propuesta por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y aceptada por el Ayuntamiento de Guadassuar en el sector Pla del Roser con el respaldo unánime de los tres grupos políticos de la corporación (Compromís, PP y PSOE) coincide en cerca de un 25 % con aquella ubicación. La polémica continúa.

Un mirada retrospectiva al proceso iniciado para encontrar un emplazamiento adecuado para la construcción del vertedero -la planta de tratamiento está operativa en Guadassuar desde 2016 y con posterioridad se ha construido la nueva planta de compostaje con dos reactores- permite constatar que cada pequeño paso adelante ha consumido muchos meses, sino años, mientras el rechazo que sale de la planta de valorización recorre actualmente 278 kilómetros para llegar a un vertedero. El presupuesto del año 2021 que la junta de gobierno del consorcio ha aprobado esta semana contempla una partida de más de dos millones de euros para el transporte del rechazo a un depósito autorizado.

Compensaciones

La construcción del vertedero en el sector Pla del Roser de Guadassuar, a apenas un kilómetro de la planta de tratamiento y selección, comportaría un ahorro económico, aunque no necesariamente de toda esa partida. El consorcio también deberá hacer frente a las compensaciones que reclama el ayuntamiento por acoger la planta, entre las que destaca un canon fijo de 294.000 euros anuales -pendientes de aprobación-, y también es previsible una sustancial modificación del canon de vertido que se abona actualmente por cada tonelada que entra en el vertedero.

El proceso de elección del vertedero ha contado a lo largo de los años con tres actores principales: el Ayuntamiento de Tous, que desde el primer momento se ha mostrado dispuesto a acoger la instalación aprovechando su amplio término municipal y también se ofreció en el último proceso; el de Guadassuar, que se postuló como alternativa ante la falta de consenso en las primeras opciones y también quedó como una de las dos únicas alternativas en este nuevo intento; y el de l’Alcúdia, que tras ganar un contencioso provocó que se descartara la primera elección que había elegido el consorcio y también anuncia que presentará batalla al nuevo emplazamiento. Su proximidad al núcleo urbano de Montortal ya la Acequia Real del Júcar son algunos de los argumentos.

La búsqueda de una ubicación arrancó prácticamente en el año 2006, con la licitación del contrato que contemplaba el tratamiento de residuos y la construcción y explotación del vertedero. El Ayuntamiento de Tous maniobró desde el primer momento mostrando su disposición a acoger esta infraestructura y ofrecía terrenos ubicados en la partida de El Gatón. El consorcio, no obstante, adjudicó el contrato en enero de 2007 a una unión temporal de empresas (UTE) que planteaba emplazarlo en la partida de La Parra Alta, también en Tous, si bien esta alternativa provocó un fuerte rechazo tanto del propio ayuntamiento como de los municipios limítrofes y de colectivos ecologistas.

El consorcio optó por conceder a la empresa un plazo de tres años para buscar un nuevo emplazamiento de consenso, que vencía en 2010, si bien la falta de alternativas provocó que se concediera una segunda prórroga.

Tras casi cinco años de bloqueo, el entonces presidente del Consorcio de Residuos y, a su vez, alcalde de Guadassuar, José Ribera (PP), se ofreció a acoger el vertedero tras aprobar un aumento de las compensaciones que recibía el municipio que acogiera la instalación, que se fijó en tres euros por tonelada. El Ayuntamiento de l’Alcúdia interpuso un contencioso administrativo contra la modificación de contrato que permitía ese cambio de ubicación, de Tous a Guadassuar. El litigio se resolvió en el año 2016 con una sentencia a su favor que obligó al consorcio entonces ya presidido por Salvador Montañana, también alcalde de Guadassuar aunque en este caso de Compromís, a descartar la ubicación e iniciar otro proceso de búsqueda.

El consorcio encargó un primer estudio a la Agència Energètica de la Ribera, que planteó más de 30 alternativas en una docena de pueblos -Turís, Real, Monserrat y Llombai aparecían como los emplazamientos idóneos- pero, tras sucesivos descartes, sólo Tous y Guadassuar motraron su disposición a acoger el vertedero. El ayuntamiento que preside Montañana llegó a convocar una consulta popular en la que se ofrecía un emplazamiento concreto.

El ente que gestiona la basura solicitó un nuevo estudio al IGME para que valorara cual de las dos alternativas reunía mejores condiciones aunque el informe, dado a conocer en diciembre de 2019, abrió un nuevo debate, al plantear una alternativa en el sector Pla del Roser de Guadassuar distinta a la que había ofrecido el consistorio y que coincide en parte con la que se había descartado unos años antes. El ayuntamiento, tras recabar las oportunas aclaraciones, ha mostrado su conformidad. L’Alcúdia no. La historia se repite.

Una elección limitada a dos opciones

La gran mayoría de pueblos de la Ribera rechazó albergar

la futura planta

pascual fandos. Alzira

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