¿Te imaginas una València que haya eliminado el 90 % de los plásticos y microplásticos de sus playas? ¿Que haya recuperado el nivel de calidad que tenía el agua de la Albufera en 1960? ¿Que acabe con el 50 % de casos de obesidad infantil? ¿O que haya conseguido ser una ciudad neutra capaz de absorber el 100 % de las emisiones de CO2 que genera? Y lo mejor de todo: ¿Te imaginas que todo esto ocurre antes de 10 años, antes de 2030? Todas estas podrían ser futuras misiones de innovación de la ciudad de València. Y así está plasmado en su estrategia Missions València 2030 que le ha valido ser finalista a Capital Europea de la Innovación 2020.

El pasado 4 de agosto se conocieron las 12 ciudades finalistas que optan a esta capitalidad este año. Y entre ellas València es la única española. Ha sido nominada por su estrategia de innovación Missions València 2030 que fue presentada el pasado mes de junio por la Delegación de Innovación del Ayuntamiento de València y el centro de innovación Las Naves. Una estrategia que resume la esencia de la innovación que tiene previsto impulsar la ciudad en la próxima década con el símil de la misión que llevó al hombre a la Luna. Un solo objetivo de todo un país que impactó en multitud de sectores: desde el aeroespacial, al textil con el diseño de los trajes que llevaban los astronautas, o el alimentario, gracias al cual pudieron comer en el espacio.

Lo mismo pretende València con sus Missions València 2030. Que sus misiones ayuden a desarrollar diferentes sectores, desde cualquier disciplina incluidas las Humanidades, y sobre todo que tengan un objetivo común: mejorar la vida de las personas y conseguir una ciudad que sea más saludable, sostenible, compartida y emprendedora. De esta manera València será la primera ciudad europea en poner en marcha la innovación orientada a misiones tal y como incluye la Unión Europea en su programa Horizonte 2021-27.

Dentro de las razones que ha expuesto la candidatura de València para la capitalidad europea es que entiende la innovación como un viaje colectivo, más que un destino individual. De todas las personas, que no deje a nadie fuera ni atrás. Que cuente con el sector público pero también con el privado, las Universidades, y la sociedad civil. Un reflejo de lo que se ha vivido estos últimos meses en el salón de plenos del Ayuntamiento, ya que València es la primera ciudad europea que aprueba con un amplio consenso político y social (con el apoyo de la oposición mayoritaria) un modelo de co-gobernanza y una forma de hacer e impulsar la innovación.

València, además, ha esgrimido que uno de sus objetivos es ayudar a la gente a entender el valor social de la innovación y cómo impacta realmente en sus vidas. En su día a día. Solo conociéndolo serán capaces de valorar que la innovación está detrás de una ciudad más resiliente para hacer frente a futuras crisis y detrás de ideas que podrían convertirse en misiones para los próximos diez años, y que nos podrían llevar a las situaciones descritas hace unas líneas. Estas misiones aún no han sido elegidas y se conocerán a partir del próximo otoño.

La estrategia Missions València 2030 tiene ya un impulso natural que es difícil de detener porque la ciudad lleva años de transformaciones, que dejan huella para siempre. Como el incremento de los carriles bicis y la disminución de las emisiones de CO2, los espacios en la vía pública que se han ganado para la ciudadanía con la peatonalización de plazas, la digitalización plena de servicios incrementando el números de puntos wifi gratuitos, el crecimiento de un ecosistema emprendedor a un ritmo de 100 startups por año o el incremento de presupuesto municipal en ayudas sociales.

Según expertos consultados, a València le sobran los motivos para ser Capital Europea de la Innovación por llevar años a la vanguardia en muchos ámbitos del conocimiento, que cuenta con las mejores universidades de España, que es un referente internacional con el Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible de la FAO, que presume de cuatro Patrimonios de la Humanidad que la hacen ser conocida en todo el mundo, que tiene un ecosistema innovador y tecnológico con un crecimiento exponencial, que es uno de los mejores destinos Erasmus de Europa y ganadora del premio al mejor programa de atracción de talentos de la Comisión Europea, y que será Capital Mundial del Diseño en 2022.

A finales de septiembre se desvelará si finalmente València es la Capital Europea de la Innovación 2020. Las Missions València han comenzado a andar para hacer de València una ciudad más saludable, sostenible, compartida y emprendedora. Ese viaje lo merece. València lo merece. El destino lo merece.