El impacto de la pandemia ha obligado a modificar hábitos de la vida de la mayor parte de la ciudadanía. En el caso delas personas invidentes, esas nuevas rutinas suponen un reto aún mayor: el tacto es su principal fuente de información
Las realidad de las personas ciegas frente al coronaivrus
Daniel Tortajada
Miguel Martín tiene 53 años y es ciego total. Ha sido profesor de informática adaptada para personas ciegas. Ahora está jubilado.
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Daniel Tortajada
Miguel Martín, en su casa, en València.
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D. Tortajada
Miguel Martín: "No tengo manera de saber si quien está a mi lado lleva puesta la mascarilla"
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Daniel Tortajada
Mari Carmen Gálvez: "voy con mi bastón, que para mí es mi GPS, pero me cubre desde los hombros hasta los pies. Para nosotros es muy importante el tacto facial", que ahora es menor al llevar mascarilla.
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Daniel Tortajada
Mari Carmen vive sola en València y está jubilada después de ser telefonista.
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Daniel Tortajada
"Un día un señor me gritó de no muy buenos modos porque se ve que no guardé la suficiente distancia de seguridad en una cola. ¡Pero es que yo no veo dónde están los demás!"
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Daniel Tortajada
Mari Carmen, en un paseo por València
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Daniel Toratajada
Los recorridos en las tiendas son distintos, la distancia que se debe guardar en una cola va ahora más allá del decoro para no invadir el espacio del otro, el aforo en los establecimientos es otro. Estas normas están escritas en papeles que ella no puede leer; están indicadas con flechas en el suelo que ella no ve.
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D. Toratajada
Mari Carmen no sale de casa sin la mascarilla, aunque hay quien no se la pone o la lleva en la barbilla.
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Daniel Tortajada
Las manos son una importante fuente de información para las personas invidentes
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D. Tortajada
Miguel Martín: 2Sin ser obsesivos, debemos tomar esta situación en serio"
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JM López
El impacto de la pandemia ha obligado a modificar hábitos de la vida de la mayor parte de la ciudadanía. En el caso delas personas invidentes, esas nuevas rutinas suponen un reto aún mayor: el tacto es su principal fuente de información
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J M. López
Lucía tiene 16 años y es ciega total. Toca el piano y la guitarra
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J.M. López
Lucía, en su casa, en València
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J.M. López
Lucía, con sus padres, en un paseo por València
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J. M. López
Lucía, con sus padres, Conchín y Luis Carmelo, en un paseo por València
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J. M. López
Conchín tiene menos de un 10 % de visión, su hija Lucía y su marido, Luis Carmelo, son ciegos totales.
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J.M. López
Las nuevas rutinas impuestas por el coronavirus suponen un reto todavía mayor para las personas invidentes
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J. M. López
La madre de Lucía debe acompañarla en el instituto para ir de una clase a otra porque el protocolo por la pandemia establece que nadie puede tocarse.