La falla municipal de 2021 ya va a velocidad de crucero. A tres meses y medio de su teórica plantà, ya hay mucho volumen reconocible e incluso no pocas figuras coloreadas. Para el calendario de cualquier taller, por delante de la normalidad. Alejandro Santaeulalia lleva el trabajo con precisión y «Protegix allò que estimes» es ya una obra muy reconocible. Falta saber qué día saldrá a la calle. Pero para tener eso claro falta tiempo. Santaeulalia, en su falla de regreso a la plaza de todos, lo tiene claro: «La municipal es única falla grande totalmente nueva que se hacen este año. Mi obligación es tenerla en perfectas condiciones para sacarla el 1 de marzo. Lógicamente, estamos expectantes. Si, todo apunta a que en marzo va a ser muy complicado. Nos va a tocar ser muy comprensivos todos. Plantaremos cuando nos digan».

Dos características definen esta obra. Por una parte, el proceso para hacer los grandes volúmenes. Son de cartón, pero mediante un método original: «Este año sí que era necesario este esfuerzo, que es de trabajo y económico, porque es un gasto extra. La falla municipal tiende a ser lo más ecológica posible. Y el diseño es de Dulk, que es un gran defensor de los ecosistemas. La falla nos pedía esto. No nos lo han impuesto, pero ha sido por convencimiento. Aún a costa del presupuesto. Este oso, por ejemplo, tiene un coste el doble que si fuera sólo el corcho».

Rascar y vaciar

«Hemos sopesado hasta donde podíamos llegar y, por ejemplo, los grandes volúmenes hemos hecho la temeridad de hacerlos totalmente en corcho, cubrirlas de cuatro capas de cartón y vaciar ese corcho que, a su vez, se irá a reciclado y no se quemará en plaza». Ha sido de película. «Había que entrar en el interior de la figura, ir rascando y haciendo el vaciado, abriéndose camino entre la madera y reforzándola al encuentro del cartón». A partir de ahí, lija (más necesaria al ser más gruesas las pasadas de cartón) y pintura, a la antigua. Es un molde, pero desde dentro. «No puedo negar que habrá algunos detalles o elementos de corcho, como había incluso en las fallas de vareta, pero entre madera y cartón va a haber un enorme porcentaje del volumen total. Y se notará. Queríamos dormir tranquilos en ese sentido».

El otro, lógicamente, que «va a ser una falla muy colorista». ¿Y si la falla se planta en mayo o en julio? «Va a funcionar muy bien en cualquier época. En marzo también hay días con mucho sol».

Antonio Segura, Dulk, el artista plástico responsable del diseño desvela, en ese sentido, que la paleta es de ida y vuelta. «Me mandan la figura, la pinto por ordenador y ellos la trasladan a la original». ¿Considérase Dulk algo tiquismiquis con el color? «Bueno un poco, pero no a un nivel excesivo. Soy consciente de lo que es, de que se va a ver en la calle, que la iluminación no es la misma cuando estás en un taller a cuando estás fuera. Tengo que decir que los primeros colores están siendo muy fieles».

«Lo que ha pasado no es casual»

Hay artistas muy reconocibles en el taller. José Manuel Felip, Dani Jiménez Zafrilla, Raúl Capella... profesionales de reconocida trayectoria para un proyecto que lo que no llevará son alusiones, en forma de ninot, al covid. «No. Planteamos esta falla como la del día después. Como un pasar página. Pero la temática sí que tiene que ver: nada pasa por casualidad y lo que nos está sucediendo es por la falta de respeto que le hemos tenido a la Naturaleza. Aquí vamos a dar visibilidad a unos problemas que van relacionados. Habrá alusión en la cartelería. No me preocupa porque la ciudad tendrá muchas escenas de coronavirus. Aquí el mensaje es que vamos a intentar volver a vivir, volver a tener color en nuestras vidas».

La falla tiene una ventaja: su casilla de salida es, en análisis popular, muy favorable. «Con un proyecto de Dulk sabíamos que eso se iba a conseguir. Que iba a gustar a un abanico de gente muy grande, que contenta a todos».

Reconoce Dulk, en ese sentido, que ese beneplácito será, en su mundo artístico, una revelación. «Casi todo lo que trabajo es en el extranjero. Cuando vean una figura tridimensional de veinte metros sé que mi público va a alucinar».