«Otro año en blanco no creo que lo pudiéramos superar como artista. Hay que plantar en 2021. Es que si no, lo que puede pasar es que haya una fuga de cerebros y no sé si, entonces, para el año 2022 0 2023 habría suficientes». Ésta, de labios de José Gallego (falla infantil de Convento), fue una de las conclusiones extraídas en la tertulia de artistas falleros en la Festa per a Tots. Que fue muy intensa, habida cuenta que la acumulación de problemas del sector profesional. Y algunas de las ideas más repetidas fueron el llamamiento a la ayuda de las instituciones por la continuidad del oficio y por todos la economía que genera, directa o indirectamente.

«Si no se queman las Fallas, en 2022 o 2023 no habrá artistas»

También estuvo bien la idea que deslizó Pere Baenas (Convento Jerusalén). Que lleva ya unas semanas comentándose y que es un particular «Plan D»: la posibilidad de que las Fallas 2021 no se celebraran en marzo, sino en primavera o en alguna fecha de verano no coincidente con Hogueras. Le faltó decir a Baenas que esta opción, nada deseada por otra parte, se produciría en caso de que, a primeros de año, la pandemia no estuviese controlada, pero que ya hubiera un calendario de vacunación. «Siempre está esa opción». Los otros artistas no la secundaron no porque les desagrade, sino porque, como decía Paco Torres (Pilar) «yo pienso en marzo porque no quiero poner todavía la tirita. Y posponer algo, cuando ya lo has hecho una vez, es más fácil que tomar la decisión la primera vez. Por lo que yo creo que una decisión así hay que aguantarla». Eso es lo que pasaría, pero cierto que los escenarios no son sencillos. Es decir, los planes A, B y C. El C es inasumible para Carlos Carsí (L'Antiga): «La opción de sacar y quemar es inconcebible. Por un lado está la cuestión económica de las comisiones, porque no se generarían recursos y luego está el amor propio por el trabajo que has hecho. Estaríamos hablando no de quemar, sino casi de un acto vandálico. Un atentado». Por lo que lo mejor es esperar al plan A. «Pensemos que aparecerá a tiempo la vacuna y la haremos normales. Reducir actos masivos, el Plan B, plantea la mayor reinvención».

Otro de los temas en los que se incidió fue en la desigualdad institucional y los riesgos que esto comporta. Se alabó la decisión rápida del ayuntamiento de conceder subvenciones a las comisiones y de abrir una línea de ayudas personalizada a los talleres «pero los que hacemos fallas en València" dijo Borja Lorente (L'Antiga infantil) tenemos un ojo puesto en los compañeros de los pueblos.