El coronavirus ha cambiado el mundo. Desde las elevadas cifras de contagios a nivel mundial hasta los tristes datos sobre fallecimientos, la covid-19 ha revolucionado las estructuras sociales no solo desde el punto de vista sanitario, sino también empresarial o ambiental. Una transformación que se traslada a los consumidores, cuyos hábitos han virado, según destacan diferentes agentes comerciales, acelerando el proceso de globalización.

De hecho, según se defiere de una encuesta de Ernst & Young, “pocos consumidores esperan volver a sus antiguos comportamientos en el corto plazo”. Como apunta el monográfico, más de una cuarta parte de los encuestados asegura que estos “prestan más atención a lo que consumen y al impacto que genera”.

Además, desde el punto de vista psicológico, los nuevos hábitos de consumo responden, entre otros aspectos, al miedo de contagio. En este sentido, el respeto del distanciamiento social o el cierre forzado de muchos establecimientos, sobre todo durante los meses de confinamiento, se ha traducido en un aumento de la compra online, situando a los e-commerce en el centro del escenario comercial.

Nuevos hábitos de consumo

Muchos consumidores han visto mermados sus ingresos y otros prefieren ser cautelosos con sus gastos. Esta situación hace que un elevado porcentaje de la población busque nuevas fórmulas de ahorro en su día a día, como las facilitadas por las nuevas tecnologías. Así, tres de cada diez españoles aseguran utilizar aplicaciones móviles para evitar un consumo excesivo, como apunta el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum. De hecho, el 37 % de los encuestados reconoce que seguirá realizando sus compras online. Incluso los mayores de 65 años, que antes compraban menos por Internet, se han lanzado a adquirir productos virtualmente por el miedo a acudir a una tienda física y exponerse al contagio.

Paralelamente, estos nuevos hábitos de consumo referidos también han tenido un impacto en el comercio local. Según un informe realizado por la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana, casi el 80 % de la población autonómica manifiesta haber comprado productos de proximidad durante la crisis sanitaria. Así, la apuesta por este tipo de comercio de kilómetro cero presenta numerosos beneficios. A continuación, te enumeramos los cinco más destacados:

  • Especialización. Los comercios de proximidad destacan por la especialización de sus productos. Se trata de establecimientos temáticos, en su mayoría de kilómetro cero, que apuestan por un servicio personalizado en el que la calidad es una de sus características más diferenciadoras.
  • Sostenibilidad. La proximidad de este tipo de locales, que suelen emplazarse en los núcleos urbanos, reducen el impacto de la huella ambiental, convirtiéndolos en comercios sostenibles. A ellos se puede acceder a pie, sin necesidad de utilizar medios de transporte como vehículos o motos. Un hecho que también se refleja en la producción de los bienes comercializados, pues apenas intervienen empresas intermediarias.
  • Riqueza. Los comercios locales mejoran los barrios, otorgando dinamismo y actividad a las zonas en las que se ubican. No solo fomentan el empleo y la recuperación local, sino que también ofrecen oportunidades para el emprendimiento.
  • Mejora de la economía doméstica. Los comercios de proximidad están pensados para satisfacer las necesidades instantáneas de los consumidores, fomentando las compras pequeñas, pero reiteradas y evitando, así, el malgasto o la adquisición de productos innecesarios. Además, como el objeto de venta también es de proximidad, se evita la presencia de agentes intermediarios, rebajando el coste de la cadena de producción y ofreciendo productos de calidad a precios muy competitivos.
  • Digitalización. Las pequeñas empresas se han adaptado, en su mayoría, a la demanda digital de la población. Así, han incorporado la venta online a sus servicios, incrementando su presencia en la esfera digital, también mediante redes sociales. A través de estas plataformas dan a conocer su misión y valores, así como ofertas y promociones.

El tejido empresarial de València está integrado por numerosos establecimientos de proximidad y e-commerce que ponen en valor todas estas ventajas, ofreciendo a los consumidores un abanico de productos especializados y adaptados a las necesidades de cada persona.  

Calidad, digitalización y especialización, beneficios del comercio local. Levante-EMV