Mientras el Congreso de los Diputados debatía ayer, con el tono bronco y en ocasiones faltón y chulesco de los últimos tiempos, una moción de censura al Gobierno que no tenía ninguna opción de prosperar, los empresarios clamaban desde València contra la crispación y por la moderación, la unidad y el diálogo de la clase política ante una pandemia que por momentos parece completamente desbocada, que está provocando una serie incesante de cortapisas a la actividad empresarial con los ya generalizados confinamientos y que amenaza con conducir al abismo a la economía española.

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, fue contundente: «La sociedad es moderada. La gente vive alejada del debate de la clase política que estamos viendo». En este sentido, recordó los acuerdos con los sindicatos y concluyó que «la sociedad está reclamando unidad. Pedimos amplitud de acuerdos y diálogo». El líder patronal no quiso pronunciarse abiertamente sobre la posibilidad de un toque de queda, pero afirmó que «la hostelería no es la responsable» de la situación, que «una cosa es cerrar a las once de la noche y otra hacerlo todo el día», como se ha decidido hacer en Cataluña, y que «el cierre masivo pone en riesgo a la parte más débil de la sociedad», antes de añadir que «se puede gestionar la pandemia con la economía». «Si no lo hacemos, tendremos un gran problema», afirmó, al tiempo que pedía diálogo de todas las autonomías para tener protocolos comunes y que no se rompa la unidad de mercado.

El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet,calificó como «desastre» la situación actual con la «peor crisis económica y sanitaria que hemos vivido». El dirigente cameral aseguró que, desde la Transición, España ha dado «un salto mayúsculo» en progreso y bienestar, gracias «a la estabilidad y el consenso político». En este sentido, defendió que la «estabilidad es un principio fundamental de la Constitución» y citó algunos de sus puntales, como la democracia, la separación de poderes, la unidad, la monarquía y la economía de mercado. «Esto debemos defender», dijo. Bonet cree que «somos capaces» de recuperarnos, pero solo lo lograremos «resistiendo y creando. Toca resiliencia y eso se consigue con unidad. Basta de demagogias. Salvemos a la gente».

El presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, que moderó la mesa en la que intervinieron Bonet y Garamendi, aseguró que «las empresas necesitan seguridad, estabilidad, y aprovechar el plan de fondos europeos, la mayor oportunidad que tenemos ahora para transformar la economía y la sociedad».

Slim aboga por retrasar la jubilación hasta los 75 años

El magnate mexicano defiende la jornada laboral de tres

días a la semana

El magnate mexicano Carlos Slim, fundador del Grupo Carso y que controla el 81 % de FCC y el 71 % de Realia, advirtió que el mundo «está en un cambio de era» marcado por la revolución tecnológica y lamentó que Europa y España se han quedado rezagadas. El empresario insistió en que China está tomando el liderazgo y Estados Unidos ha sabido reaccionar, pero Europa está dormida. «A Europa le cuesta hacer cambios porque viene de una vida de confort. Es importante que España reaccione y no se quede atrás. Estados Unidos siempre ha sabido renovarse y ahora vemos que China ha tomado el liderazgo industrial. España debe invertir en formación tecnológica», reiteró. Carlos Slim, que intervino en el congreso por medio de una conexión telefónica desde México, recomendó a los directivos españoles que funcionen con las mínimas estructuras jerárquicas y que aprovechen el talento que tienen en casa antes de buscarlo fuera. El magnate defendió que se implante la jornada laboral de tres días a la semana con once horas diarias para facilitar la entrada en el mercado laboral de los jóvenes y que la edad de jubilación se retrase a los 75 años para desahogar las cuentas públicas y destinar más dinero a la investigación tecnológica. Además, incidió en la necesidad de aprovechar las épocas de «vacas gordas» para mejorar la eficiencia de las empresas.