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Roig y Lim, dosmundos opuestos

Roig y Lim, dos mundos opuestos

Fernando Roig es valenciano y trata de potenciar el deporte, especialmente de la provincia de Castellón donde, entre otras formas de asentarse como castellonense, apoya el atletismo. Ya hay campeones de España en las pistas de tartán que lucen el escudo del Villarreal Club de Fútbol. Roig es presidente que dirige y permanece junto a los suyos en cuantas cuestiones sea necesaria su presencia. Lim vive en Singapur, preciosa ciudad en la que se gestionan grandes negocios aunque en ellos no está precisamente el Valencia Club de Fútbol.

Roig accedió a la presidencia al adquirir el paquete mayoritario de acciones que poseyó en su tiempo Pascual Font de Mora, exjugador, exsecretario técnico, exdirectivo y expresidente y pagano de las pérdidas. Roig prometió el ascenso del club a Primera en dos años y se equivocó: lo hizo en uno. Lim accedió a la mayoría del accionariado gracias a una maniobra funesta y casi perseguible de oficio obra de Amadeo Salvo en la que colaboraron los miembros de la Fundación. Lim prometió que potenciaría el equipo de manera que se codeara con los más grandes de España. Lo ha hecho circunstancialmente y no como consecuencia de una política dirigida a tal fin. Después, en el año del Centenario hizo cuanto pudo por destruirlo y así está.

Roig se topó con un campo, El Madrigal, en el que era necesario hacer obras para poder albergar el número de espectadores, y sobre todo abonados, que formaran parte de un porcentaje de la economía de cada año. El viejo Madrigal, que fue el campo creado por el Club Deportivo Villarreal (camiseta blanca y calzón negro), entidad que desapareció tras la Guerra Civil, tiene ahora estructura más que adecuada para una población que supera con poco los 50.000 habitantes. El recinto está adornado y potenciado comercialmente por las empresas azulejeras de la ciudad y comarca y es, al tiempo que recinto futbolístico, parte del emblema económico que potencia la zona.

Lim se comprometió a terminar el Nou Mestalla y ha ido dando largas al asunto y ya no hay fecha para su terminación. Lim no ha cumplido con ninguna de las promesas deportivas con las que halagó a quienes le dieron el visto bueno en la torticera operación de Salvo y Aurelio Martínez. (Éste haya veces que se salva). Roig ha conseguido crear una cantera de la que han salido, entre otros, Santi Cazorla y ha creado la gran infraestructura de la sociedad con las ciudades deportivas que ha ido levantando. Roig ha manejado el vestuario con mano firme y guante de cabritilla y ha fichado jugadores de gran valía y reconocimiento mundial. Al presidente del Boca Juniors, Mauricio Macri, posteriormente presidente del país, le preguntaron las razones por las cuales había vendido a Palermo a un club tan mediano y la respuesta fu concreta: «Es el único que ha venido con la guita».

La mejor recomendación que recibo un padre argentino preocupado por si finalmente su hijo iba al Villarreal fue la respuesta de un compatriota que ya estaba allí: «Aquí se cobra el primero de cada mes».

Roig ha tenido en sus nóminas a jugadores como Riquelme y Forlán y es frecuente ver manifestaciones de exfutbolistas que pasaron años en El Madrigal. De Lim se conocen pactos para pagar menos y pagarés para percibir el salario de manera tan infrecuente. Con Roig se pueden hacer negocios y con Lim no se puede ni siquiera ir a tomar café. Entre otras razones, porque ni siquiera pasa por Valencia con ojo de amo.

En Villarreal, el Valencia sumó nueva derrota y lo que es peor, infamante porque los dos goles que recibió se los marcaron hombres de la casa que encima no quisieron celebrarlos. Lim se topó con aquello de que no hay peor cuña que la de la misma madera.

Posdata. Cuando se habla de recuperar el club y el sentimiento ¿de qué se habla? Ha habido varias operaciones para recobrar alguna parte del accionariado y ha sido Lim quien ha adquirido el paquete de Soriano y quien ha acudido a pública subasta para aumentar su potencial en el accionariado. Se cisca en el valencianismo y aún hay gentes de buena fe que confían no se sabe en qué. Valencia no quiere a su club. Los hechos están ahí.

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