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Bombeja Agustinet !

El partido del año

El partido del año

En el Camp Nou el Llevant generó más ocasiones de gol en los segundos 45 minutos que en cualquier otro desplazamiento durante toda la temporada. Sólo el desatino ante Stegen y una horrorosa primera mitad impidieron puntuar por primera vez en la visita al Barça. Más allá de los problemas del equipo de Setién, se confirma lo que ya sabíamos: que esta escuadra mantiene intacta su capacidad para vencer a cualquier rival y en cualquier escenario. En la segunda mitad los granota fueron mucho más verticales e incisivos y dejaron en la caseta los rondos que se inician en los alrededores de Aitor y que fueron, de nuevo, la principal causa del peligro generado por el contrincante. Las pérdidas en la salida de balón son ya la principal pesadilla entre el levantinismo.

Pese a la esperanzadora imagen ofrecida, el Llevant sigue cojeando, con el mismo dolor de todo el año, y el esfuerzo colectivo se diluye en la indolencia de unos pocos. Así las cosas, son inamovibles en el once futbolistas que hace mucho tiempo que tienen la cabeza en otro lado, que se creen más de lo que son o que han olvidado qué sucede con el paso del tiempo en el cuerpo de un deportista de élite.

Paco López ha mostrado muchas virtudes desde su llegada al banco de Orriols, pero la flexibilidad no es una de ellas. Él y el Llevant vienen creciendo de la mano en experiencia en Primera, pero hay un factor que no se acaba de asumir: en el fútbol de hoy en día la capacidad de adaptarse a la circustancias es esencial. Y eso fundamentalmente se muestra en dos aspectos: el planteamiento táctico y el once.

Morir con las botas puestas es una magnífica película pero una divisa poco práctica. En el once del Llevant algunos que debieran ser intocables (por su compromiso, calidad y humildad) no lo son y otros, en gran medida responsables de las irregulares prestaciones del equipo, se saben intocables. Así se provoca una asimetría disciplinaria que no hace ningún bien al vestuario.

El Llevant perdió los tres partidos que podían haber cambiado su dinámica histórica (Alavés, Osasuna, Sevilla en Copa) y tampoco rascó nada en los dos en que lo previsible era caer noqueado (Atlético y Barça). Tras estas cuatro derrotas ligueras el Llevant ha reducido el amplio colchón que mantenía con el descenso y se ve en la imperiosa obligación de no fallar hoy. Lo del partido a partido no está mal, pero ahora se impone mirar el calendario para comprender la trascendencia del partido ante el Leganés... ya que después tocan Villarreal y Madrid. El Leganés saltará a comerse la hierba de Orriols y la actitud del Llevant debe ser inequívoca. Nadie quiere morir con las botas puestas. Así que con botas o descalzo, hoy hay que morir por los tres puntos.

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