La vieja estación vista del lado de la carretera, cuyo trazado la sorteó ya que inicialmente iba ser demolida. La vegetación silvestre se ha apoderado de los restos pero su reconocible estructura permanece a salvo.

De la estación no queda más que la estructura exterior de ladrillo visto articulada en torno a diez arcos de medio punto. Dentro y sin cubierta, crecen hasta árboles adultos.

Posee la indiscutible fotogenia de las ruinas. Y que se haya salvado del derribo es milagroso, puesto que en 2003 la piqueta ya se dirigía a su encuentro para tumbarla y que se construyera una carretera proyectada exactamente por encima del espacio que ocupaba. Se salvó pero no se recuperó. Es un esqueleto de lo que fue. Y es, nada menos, que la segunda estación de trenes más antigua de España, solo superada por la del Grao de Valencia desaparecidas todas las de los dos primeros ferrocarriles nacionales: Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez, tal como documentó en su día la catedrática y experta en la materia Inmaculada Aguilar. Ahora, por fin, la vieja estación de trenes de Xàtiva se encamina hacia la recuperación. Es una intervención de consolidación de restos (90.000 euros) pero supone el primer paso tangible en su rehabilitación. La vieja estación es testigo de la llegada del ferrocarril de Xàtiva, el 20 de diciembre de 1854.

La antigua estación de tren está por fin a salvo

Los trabajos adjudicados ahora conforman la primera fase de rehabilitación de la antigua estación, con unas obras que consolidarán y eliminarán los elementos añadidos (una casa a la derecha, adosada) y restaurar la cubierta de acuerdo con su edificación original. Para ello, el proyecto se basa en documentos gráficos de su aspecto original. La obra consistirá en la rehabilitación de la cubierta a dos aguas, apoyada en los muros existentes. Según detalla la memoria del proyecto, entre otras actuaciones, se ejecutarán cerchas metálicas y uniones soldadas, vigas y correas laminadas de madera. Se instalará un tablero formado par paneles termoacústicos. En la cubierta, el tejado será de teja curva antigua. En la estructura, se sanearán y picarán los elementos sueltos y juntas en mal estado; los ladrillos deteriorados se sustituirán por otros nuevos. La actuación incluirá las instalaciones de pluviales, para desaguar el agua de lluvia y reconducirla al exterior, y evitar así que filtre al edificio y lo deteriore, según han apuntado.

La antigua estación de tren está por fin a salvo

Para llegar a este punto, ha pasado de todo. En 2003, el gobierno municipal proyectaba sobre la estación un vial de servicio para la zona residencial que se ha generado alrededor del edificio, huerta hasta finales de los años 90. Dicho vial, paralelo a la vía del ferrocarril Xàtiva-Alcoi, pasaba de lleno por el espacio que ocupa el inmueble. La oposición socialista del momento inició una fuerte campaña en defensa del inmueble y su valor histórico. Y el PP rectificó; modificó el vial y dejó aislada pero a salvo la estación.

En 2008 ese mismo gobierno dio un gran paso en favor de su salvaguarda y la incluyó —con un presupuesto de 700.000 euros— en el Plan Zapatero, el plan del Gobierno de España llamado a reactivar la economía en plena crisis. La idea, que llegó a conocerse con todo lujo de talles, era ubicar en su interior el Museu del Ferrocarril de Xàtiva. Pero la intervención invadía el dominio ferroviario. Y la perezosa burocracia de Fomento hizo que la asignación caducara. Sin dinero para ello, la obra quedó relegada años y años. El nuevo gobierno surgido de las urnas en 2015 apostó fuerte por su recuperación, pero no tanto como para desatascar —hasta ahora— una situación que parecía irreversible. Verla como museo tardará. Pero al menos, venirse abajo ya no.