El montgó es un paraíso botánico. Entre sus 650 especies vegetales, sobresalen las más menudas, como la Herba Santa (Carduncellus dianius) o la Silene hifacensis. Pero nunca hay que menospreciar a los gigantes. En el camino que lleva del paraje de la Rana, donde ha renacido el monumental eucalipto, a Jesús Pobre (cerca están el olivo milenario e imponentes algarrobos), llama la atención una chopera. Los árboles, alineados en la riba de un barranco, están perdiendo las hojas. La estampa es pura belleza otoñal.