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ElCano: 60 años de una fábrica y símbolo para Quart de Poblet

Un grupo de afiliados del Colectivo Autónomo de Trabajadores narra la historia de la fábrica naval de esta localidad de l’Horta Sud que fue referente en Europa y llegó a emplear a 1.400 operarios

Corte de la A-3 durante una manifestacion de 2004. levante-emv | LEVANTE-EMV

«Relato sobre ElCano, una empresa de motores de barco» es mucho más que un libro sobre la popular fábrica naval de Quart de Poblet que empezó a funcionar en 1949 y que fue cerrada en 2008. Un grupo de sindicalistas del Colectivo Autónomo de Trabajadores (CAT) resume en un emotivo relato décadas de exitosa producción industrial, abruptas reconversiones y recortes de plantillas. No faltan las multitudinarias movilizaciones de los operarios con cortes de la A3 y la toma del aeropuerto incluidos para evitar la liquidación del astillero. Ni tampoco la crónica social de una pequeña ciudad industrial donde empleados y familiares disfrutaban de unas instalaciones únicas: piscina, frontón, campo de fútbol, área de picnic... Más ventajas sociales como el economato, la minicabalgata de Reyes, un comedor con menús baratos y excelentes, autobús gratuito, la escuela de aprendices o el club deportivo y excursionista.

Los autores de este recorrido, a caballo de la novela histórica y el ensayo, son un grupo de militantes del CAT, que decidieron hace unos meses poner negro sobre blanco su visión de todo -lo feliz y lo triste -acontecido en esta fábrica que hoy agoniza en la Avenida de Madrid de Quart de Poblet. El CAT fue el sindicato mayoritario en la factoría desde su fundación en 1980 y hasta el cierre de la unidad fabril en febrero de 2008. Llegó a tener cerca de 400 afiliados sobre 1.200 trabajadores. Un grupo de cuadros sindicales como Manolo Tornero, Salvador Espí, José Valenzuela, Luis Latorre o Enrique Casany han retratado la evolución del astillero desde que nació como ElCano, Empresa Nacional de la Marina Mercante (1950) y hasta que desapareció como IZAR Manises (2008).

Más allá de todas estas denominaciones, la empresa fue conocida como ElCano hasta bien entrado el siglo XXI. Sus operarios fueron capaces de adaptarse tecnológicamente y sobreponerse a las sucesivas reconversiones y cambios de rumbo en la estrategia empresarial. En estos talleres, hoy abandonados y en franco deterioro patrimonial, se construyeron motores para medio mundo, molinos de viento para aerogenedores, carros de combate y hasta esculturas metálicas. Todo ello, da idea de la enorme capacidad de adaptación de una plantilla que fue jibarizada durante años. Quizá la década de 1985 a 1995, con Vicente Espinós como director fue la más brillante, tal como relata Manolo Tornero a Levante-EMV. En ese tiempo se modernizó toda la maquinaria y se proyectó un plan industrial riguroso y viable.

Esta narración sentimental, histórica y sindical retrata una empresa que nació como ejemplo del paternalismo industrial del Franquismo de principios de los años 50, que empleó a 1.473 personas y que fue una de las mejores factorías navales de Europa en el siglo XX.

El libro nació con una modesta edición de 250 ejemplares y ahora va a hacerse una segunda tirada, ante la demanda de personas interesadas en comprarlo. Más allá de su valor literario, es una publicación cargada de valor sentimental, que refleja el auge y declive del astillero. Y ante todo, esta obra es el homenaje a decenas de personas que conquistaron la Democracia y una sociedad mejor desde la lucha sindical y la integridad moral.

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