En tiempos de incertidumbres gigantescas, Xàbia comprará un molino de viento. Un gesto quijotesco. Será el cuarto molino municipal de los once que se levantan en la Plana del Montgó. Este conjunto de construcciones dedicadas a la molienda del trigo es el más importante de la Comunitat Valenciana. La construcción más antigua es del siglo XIV.
El ayuntamiento tiene apalabrado con el actual propietario adquirir el molino por 85.000 euros. Estas «torres» cilíndricas de piedra están protegidas como Bien de Relevancia Local. Xàbia acaricia desde hace años la posibilidad de recuperar muelas, engranajes y aspas y volver a moler harina.
Xàbia puede dar ahora aire a los proyectos culturales y a otros tan necesarios como el de poner en marcha un plan de empleo y contratar durante 10 meses a 42 vecinos.
El Gobierno central permite la suspensión temporal de la regla de gasto. Los consistorios pueden, por fin, acometer inversiones con los millones del remanente. Este ayuntamiento desbloquea 3,5 millones. Otro proyecto trascendental es el de construir un colector de aguas fecales en el Montgó que permitirá conectar al alcantarillado a 900 chalés. Esta obra sube a casi 800.000 euros.
Mientras, Calp invertirá 4,2 millones de un superávit que hasta ahora no se podía tocar. Por fin, llevará a cabo la rehabilitación del club social diseñado por el arquitecto Ricardo Bofill. Además, destina 494.000 euros a abrir el vial que dará acceso a ese segundo instituto que el municipio reivindica desde hace años.
Pedreguer invertirá 224.000 euros. Levantará un monumento a les Barxeres, las mujeres que se han dedicado a la tradición de trenzar las hojas del palmito.
