O era un ladrón que se creía a pies juntillas aquello de los óbolos (monedas) y el barquero Caronte o andaba muy despistado. Y es muy poco probable que le tuviera tanta fe a la mitología. El caso es que en la madrugada del viernes forzó una ventana de un tanatorio de Benissa y se coló dentro. Buscaba dinero, pero en estos negocios como mucho se puede robar la calderilla de las máquinas de cafés y refrescos. En los tanatorios no hay caja registradora ni de caudales. Pero el caco sí que realizó destrozos. Abrió agujeros. Por lo vistobuscaba una inexistente caja fuerte. Su intento de robo fue de lo más estrambótico. Se fue sin un ochavo. La Guardia Civil acudió ayer a este negocio y ha iniciado una investigación.