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El confinamiento dispara el interés por comprar y alquilar casas en Ademuz

El precio medio de alquiler se sitúa en unos 250 euros

La aldea de Sesga, en el municipio de Ademuz, donde existen varias casas en venta y alquiler.

En uno de los momentos más críticos de la España Vacía, una pandemia ha hecho que los ciudadanos pongan los ojos en ella después de un asfixiante confinamiento que nos ha llevado a replantear nuestro modo de vida. Por eso, tras las innumerables noticias de portales inmobiliarios donde se apunta al incremento de búsquedas de casas con jardín y fuera de la ciudad, hay realidades más concretas para las que este interés es un soplo de aire fresco: en el Rincón de Ademuz han visto cómo se ha multiplicado la consulta de propiedades en venta o alquiler en sus 7 municipios.

Así la confirma la Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, quien lanzó en febrero un portal con oportunidades inmobiliarias en sus localidades. Tras el confinamiento, las consultas se dispararon y muchos de los interesados alquilaron una casa para el verano y ahora buscan una en propiedad. Aún así, hay un perfil que sobresale al resto: el de jóvenes entre 25 y 35 años que teletrabajan o quiere emprender y ve en uno de estos pueblos una oportunidad donde vivir una slow life, o vida tranquila.

«Son personas con empresas o que pueden trabajar desde casa y les da igual hacerlo desde València o desde el Rincón», señala Nadia Aguilar, Técnica de Empleo, Emprendimiento y Desarrollo Empresarial en la mancomunidad. El problema en esta zona, como en el resto de la España Vacía, son las comunicaciones: no hay todavía una instalación de fibra óptica, por lo que internet funciona deficientemente. Es un gran hándicap y un impedimento para muchos de los que quisieron instalarse en la zona.

Los que sí siguen adelante con el proyecto son los que quieren impulsar un proyecto ecológico, centrado en el ganado o la agricultura. Además de viviendas, la mancomunidad también gestiona el banco de tierras, por lo que es posible trabajar el campo si así se desea.

Además del ritmo de vida sosegado, estos pueblos ofrecen un precio de mercado en la vivienda sustancialmente más asequible que en la ciudad. Según Aguilar, los alquileres máximos rozan los 500 euros y los más baratos, 150 al mes. La media está en 250 euros la mensualidad, todos listos para entrar a vivir.

En cuanto a la compra, más de lo mismo. Varía en función de si la vivienda está para reformar o ya reformada, por lo que se pueden encontrar inmuebles desde 6.000 euros. La media, según los datos que maneja la mancomunidad, se sitúa en los 50.000 euros aproximadamente.

«Primero buscan un alquiler, para ver si les convence el lugar. Eso supone un problema porque el arrendamiento escasea en esta zona», explica Aguilar. De hecho, es tarea de la Administración contactar con viviendas que se saben vacías. Contactan con los propietarios, que a menudo no se han planteado venderla, o es una herencia repartida entre varios miembros de la familia.

Antes de la pandemia, solo podían consultarse una decena de inmuebles mientras que ahora casi llegan al centenar. Las búsquedas se centran en Ademuz, donde están todos los comercios, el colegio y el centro de salud, según explica Aguilar. Sin embargo, la oferta de inmuebles se dispersa por aldeas como Sesga, en la montaña, dentro del término municipal de Ademuz, o otros municipios como Castielfabib o La Puebla de San Miguel, uno de los pueblos más altos de la comarca.

La nefasta conexión a Internet dificulta el teletrabajo en la comarca

La fibra óptica no ha llegado al Rincón de Ademuz, al menos en la práctica. En 2017, Movistar obtuvo fondos del Programa de Extensión de la Banda Ancha de nueva generación, que buscaba llevar la fibra óptica a zonas rurales. En este caso, el proyecto era instalarla en el Rincón de Ademuz. Y así fue: la instalación se hizo en casi todos los municipios, pero nunca se llegaron a conectar a la red principal.

Así, tres años después los habitantes de la comarca siguen con una conexión a internet deficiente que ahuyenta -o al menos, no estimula- a los posibles residentes de la zona. Así lo explica Eduardo Aguilar, presidente de la Mancomunidad del Rincón de Ademuz y alcalde de Castielfabib. Se trata de un entorno privilegiado donde poder teletrabajar o emprender un negocio, pero la nefasta conectividad lo imposibilita en muchos casos.

En función de en qué municipio de los siete que hay se resida, se puede disfrutar de una conexión u otra: Movistar ofrece no más de 3 megas, mientras que la empresa que más servicio ofrece, la aragonesa Embou, ofrce 30 megas. Hay otra variable, y es la orografía: la antena de Embou está sobre el pico de Javalambre, pero la orografía de la comarca dificulta la recepción de la señal. «Deberían instalar, al menos, algún repetidor más para que llegue a todas partes y no se caiga la conexión cuando nieva en la sierra», explica Aguilar.

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